dos bolsas de supermercado, la valijita y tres carteras, el pelo cortito-cortito, bajo las orejas, los ojos secos de tanto llorar, la piel como nata de mármol, el paso presuroso y tambaleante, 3 días de apetito ajeno, y la ultima vista al depto.
ahora a volver a casa de papá, la conjunción de amargura, desilusión y frustración me atacó el hígado.

el maldito lo hizo en nuestra cama con esa perra.
-ya me vengaré…
-¿si?
-no. no me sale, todavía lo tengo dentro.
mordi al que se le ocurrió contar la historia de alguien que no conoce.
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Muy bueno che…
Vas por buen camino…
O no…
gracias, supongo que voy en camino…