Yo soy una persona de extremos. Sí señor.
Soy obsesivamente ordenado, pero cuando las cosas escapan a mi control decido apostar por el más absoluto caos. El estudio en el que trabajo junto a tres personas a quienes aprecio y respeto, es el mejor ejemplo de ello. Sería un absurdo y una tarea colosal pretender que todos nos subordináramos a la estructura de trabajo de un solo individuo, nos formamos en tiempos diferentes, hicimos nuestras primeras armas dibujando para otras personas o de forma autodidácta, así que –tratando de seguir un patrón nuevo y acordado entre todos- cada quien trabaja a su manera. Y esto ha devenido en que nuestro espacio físico y virtual sea un verdadero caos: es decir, algo aparentemente amorfo y vertiginoso pero que sigue ciertas reglas, y donde solo nosotros podemos llegar a movernos con comodidad.
Con Internet sucede algo similar. Si yo pudiera, sería el Gran Inquisidor de la red, borrando sin piedad contenidos repetidos, unificando formatos, etiquetando, categorizando y nombrando. Haría de google el punto de acceso a cualquier conocimiento del Universo, donde todo estaría expresado en letras negras sobre fondo blanco e ilustraciones enmarcadas. Sería tan aburrido como mi blog, seguramente, pero yo me sentiría feliz allí.
Pero como no puedo, estoy decidido a transformar (junto a una horda de sociópatas y robots) este universo binario en un verdadero pandemonio. Como lo escuchan (o más bien, leen).
Otrora detractor, ya no me perturba el SPAM. Tras años de navegación he aprendido a ignorarlo y conjurarlo instintivamente. ¿Y no lo hemos hecho todos, en realidad?
Los contenidos duplicados pueden constituir un respaldo frente a la debilidad del soporte digital, asegurando su supervivencia en la cambiante red. El “flood” en facebook es una buena forma de generar tráfico y entretenimiento para justificar el absurdo de darle datos personales y un rostro a una computadora ajena y anónima. Mencionar un sitio en forma desordenada y deslizando un link en otras páginas le brinda a los dislates propios una posibilidad más de sobrevivir, de ser visitado por ese estudiante flojo y desesperado que arriba buscando información precisa, digerida y ordenada, lista para imprimir y entregar; y en cambio, solo encuentra un montón de incoherencias pero al menos se ríe unos minutos. O putea en arameo y averiguando como dejarle un virus a los infelices que motivaron su desgracia y le hicieron perder el poco tiempo que le quedaba, se vuelve hacker y salva al mundo. Y hacen una película sobre su vida.
Así que este sitio es sólo una primera avanzada, un fuerte desde donde el caos alcanzará la blogosfera y luego el mundo, donde solo unos pocos sabremos obtener, gratis, lo que necesitamos y los demás deberán arrodillarse y gemir por nuestra voluntad. O dedicarse a ver fútbol por canal 7.
He dicho.
TONY
Lo dije antes, y lo reitero ahora: genial Monty Python.
Lo sabia, la cordura nunca dura.
maravilloso. si te agarran te encierran… en un manicomio.